martes, 24 de junio de 2014

Cultura Tecnologica

El desarrollo de la tecnología es un proceso cultural, social y psicológico, al cual corresponden varios cambios con respecto a la actitud y comportamientos del ser humano, sus pensamientos, sus valores y creencias que afectan el cambio técnico de todo ser humano; estos cambios no son de forma física, son más graves ya que con frecuencia son ignorados y algunas veces menospreciados por las transferencia de tecnología.
Para transferir tecnología no solo se requiere de la aplicación de principios conocidos, sino de la ocasión para adquirir nuevos conocimientos, y con esto el desarrollo de la creatividad, el ingenio, las habilidades, las destrezas entre otras.
Para el ser humano la tecnología es su principal herramienta de trabajo ya que con ella puede hacer más fácil y rápido su trabajo, pero para eso debe conocerla bien y saber utilizarla para su mejor aprovechamiento.
La cultura tecnológica es entendida como los aspectos que abarcan las representaciones, los valores y el comportamiento reflejado a las demás personas así como la interacción y comunicación en lo que son involucrado la tecnología...

• La cultura tecnológica constituye una parte importante de la cultura compartida por cualquier grupo humano en las sociedades avanzadas de nuestro tiempo.
• El que en estos grupos compartan una adecuada cultura tecnológica es un factor importante para el bienestar del grupo.
• Como consecuencia de lo anterior, el substrato homogéneo común que debemos plantearnos como objetivo del proceso educativo en estas sociedades avanzadas es, precisamente, el conseguir una adecuada cultura tecnológica.

Este autor destaca ciertos elementos que están presentes en una cultura, y que en la cultura específica de cada grupo social tienen cierta organización: las representaciones, las reglas y normas de conducta, los valores, las formas de comunicación y las pautas de comportamiento aprendidas (no innatas) que caracterizan al grupo social en cuestión.
Para profundizar sobre este tipo de problemas y para avanzar en la búsqueda de soluciones, conviene citar la distinción que propone Quintanilla entre la cultura incorporada a un sistema técnico y la cultura no incorporada.

La cultura tecnológica incorporada a un sistema técnico está formada por el conjunto de creencias o conocimientos, hábitos y valores que los operadores de un sistema técnico necesitan tener para que éste funcione de forma adecuada. La cultura tecnológica de un grupo social (un país, una empresa, etcétera) en sentido estricto o restringido se puede definir como el conjunto de todos los rasgos culturales incorporados a los sistemas técnicos de que dispone: incluye por lo tanto el nivel de formación y entrenamiento de sus miembros en el uso o diseño de esas tecnologías, pero también la asimilación de los objetivos de esas tecnologías como valores deseables, etcétera.

La cultura tecnológica no incorporada a sistemas técnicos está formada por el conjunto de rasgos culturales que se refieren o se relacionan con la tecnología, pero que no están incorporados a sistemas técnicos concretos, bien sea porque no son compatibles con las tecnologías disponibles, o porque no son necesarios para ellas.
Todos estos rasgos forman parte de una cultura tecnológica, en la medida en que afectan al uso, diseño y difusión de determinadas tecnologías, pero pueden no estar incorporados, por el momento, a ningún sistema técnico concreto (Quintanilla, 2005).

Al interpretar a Quintanilla, se puede indicar que la cultura tecnológica de un grupo social es el conjunto de representaciones, valores y pautas de comportamiento compartidos por los miembros del grupo en los procesos de interacción y comunicación en los que se involucran sistemas tecnológicos, pero, además la cultura tecnológica es un componente esencial de la cultura sin más, y constituye un factor esencial para el desarrollo tecnológico de un país.
Y por ello se puede determinar que una sociedad con vasta cultura tecnológica y en la que predominen las actitudes positivas hacia la técnica estará mejor preparada para incorporar y producir innovaciones tecnológicas y para extraer de ellas el máximo rendimiento.
Además, Sancho (1994a: 19) explica que la tecnología se configura como un cuerpo de conocimientos que, además de utilizar el método científico, crea y/o transforma procesos materiales y señala que al aceptar que la cultura, los procesos sociales, la tecnología y las formas de comunicación están íntimamente ligados entre sí, se nos abre un camino apto para buscar explicaciones al complejo mundo contemporáneo en que vivimos y a sus transformaciones más recientes.

Por su parte, García Vera (1994: 18), observa esta situación desde una óptica amplia, hace referencia a una cultura tecnológica de este modo:

• Una cultura se manifiesta a través del conocimiento acumulado históricamente en las diferentes áreas del saber, en las expresiones artísticas, en los medios de comunicación audiovisual.
• En una sociedad se distingue la cultura dominante de otras marginales. Que la cultura dominante, en forma lenta, constante y progresiva, se va constituyendo sobre las bases de la ideología hegemónica de los poderes de esa sociedad. Y, finalmente,
• Que los recursos tecnológicos así como los distintos sistemas simbólicos de representación soportados en ellos, son utilizados en las diversas culturas y se les asigna unos roles de acuerdo con los intereses de cada una de ellas. Una, la dominante, para perpetuar hegemonías, otras las marginales, para señalar el desajuste social y desigualdades...que posiblemente se pueden producir, para expresar sus ideas y teorías, intentando probar la legitimidad y su superioridad respecto a las mismas y respecto a otros.

Por cultura tecnológica se entiende un amplio aspecto que abarca teoría y práctica, conocimientos y habilidades, por un lado conocimientos relacionados con el espacio construido en el que desarrollamos nuestras actividades y con los objetos que forman parte del mismo; y por otro lado las habilidades, el saber hacer, la actitud positiva que nos posibilite no ser espectadores pasivos en este mundo tecnológico en el que vivimos.

En resumen, la cultura tecnológica brinda una visión integradora de todas las modalidades de la conducta humana, superando la tradicional dicótoma de lo manual y lo intelectual, y postula una concepción del hombre como una unidad que se compromete con todas las potencialidades, en todos y cada uno de sus actos los conocimientos y habilidades que nos permitan una apropiación del medio en que vivimos como una garantía para evitar caer en la dependencia.



La cultura organizacional, como un sistema de significados compartidos, puede generar implícita o explícitamente, reacciones a favor, neutras o en contra de los procesos de cambio que la organización se plantee desarrollar, incluso, pueden existir diversas posturas desde la perspectiva de cada subcultura, ya que la misma orienta o dirige a los miembros de la organización a tratar con sus problemas y sus entornos. En consecuencia, su estudio resulta de especial interés cuando se aspira concretar esfuerzos en el desarrollo de procesos de enseñanza, aprendizaje y gestión mediados por las TIC, ya que de alguna forma, esta cultura refleja también la cultura tecnológica de los miembros de la organización, pues se asume la misma como componente de la cultura organizacional.Por cultura tecnológica, según Egurza (2004), se entiende un amplio espectro que abarca teoría y práctica, conocimientos y habilidades. Por un lado, se encuentran los conocimientos relacionados con el espacio construido en el que el hombre desarrolla sus actividades y con los objetos que forman parte del mismo y, por el otro, las habilidades, el saber hacer, la actitud creativa y positiva que posibilita no ser espectadores pasivos en este mundo tecnológico.

Igualmente, Quintanilla (1997), acota que la  cultura tecnológica de un grupo social es el conjunto de representaciones, valores y pautas de comportamiento compartidos por los miembros del grupo  en  los  procesos  de  interacción  y  comunicación  en los que se involucran sistemas tecnológicos. Desde esta perspectiva, dicha cultura es un componente de la  cultura  general  y  constituye  un  factor  esencial  para  el  desarrollo  tecnológico de un país, ya que una sociedad con vasta cultura tecnológica y en la que predominen las  actitudes  positivas  hacia  la  técnica,  estará  mejor  preparada  para  incorporar y producir  innovaciones  tecnológicas. 

Por consiguiente,  esta  cultura  se vincula con  aspectos  de  orden  cuantitativo,  en los que se incluyen la infraestructura de redes, acceso, tipo de usuarios, ancho de banda, sitios web visitados, frecuencia y tiempo de conexión, número de equipos y espacios para el acceso a la tecnología, entre otros; y aspectos de tipo cualitativo relacionados con los actores, sus acciones e interacciones por medio de las tecnologías, además del aprovechamiento de la infraestructura instalada. Así, implica no sólo conocer las herramientas tecnológicas, sino también aplicarlas de manera adecuada, para pasar de una sociedad del conocimiento a una sociedad de los saberes construidos y compartidos. Lo que impone la necesidad de un nuevo alfabetismo y la necesidad  impostergable de una cualificación para el uso de las TIC.

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