¿Quién es un ciberadicto?
Alguien que teniendo una
trayectoria de vida en la que el uso de Internet representaba una actividad
compatible con sus relaciones personales, con su trabajo y no le producía
sentimientos de culpabilidad,
- cambia su comportamiento por un
exceso de tiempo dedicado a navegar,
- jugar, comunicarse o comprar
por Internet,
- el sujeto sufre la pérdida del
control frente al uso racional de Internet,
- además, debe percibir que
recibe una gratificación por su conducta, familiar y profesional del individuo,
- y se transforma en un problema
para el sujeto y las personas de su entorno.

Por ejemplo: el enorme potencial
adictivo de la cocaína se debe más a la inmediatez de sus efectos en el sistema
nervioso humano que a otras circunstancias, como la capacidad de proporcionar
placer y el supuesto prestigio de su uso.
Algo parecido ocurre en la
ciberadicción: el hecho de apretar un enlace o hipervínculo y obtener
información o fotografías estimulantes casi al instante es un refuerzo que se
repite cientos, miles de veces en la vida de los cibernautas.
Esta asociación conductual lleva
de una manera clara a asociar pulsación del mouse con placer, por lo que el
sujeto adicto se ve abocado a repetirlo hasta el bloqueo de su ordenador o
hasta que la fatiga mental, ocular o manual lo hacen retirarse de los
estímulos.
Si el alcohol, la marihuana y la
cocaína pueden considerarse drogas de facilitación social, la ciberadicción es
una patología que se desarrolla en solitario, frente a una pantalla de ordenador,
o en menor medida con interlocutores desconocidos.
Los cuadros de introversión en
trabajadores informáticos son parte de las características personales de muchos
de ellos, algunos de los cuales se expresan dificultosamente o se alejan de las
relaciones sociales más por las dosis de concentración que requieren sus
trabajos que porque sean realmente adictos.
En toda adicción siempre
confluyen tres elementos:
- una persona,
- unas circunstancias personales
determinadas y
- una sustancia o situación que
produzca placer (Internet puede proporcionar múltiples sensaciones
placenteras).
Aunque la conexión compulsiva a
Internet constituye un indicador significativo en los casos de IAD (Internet
Adiction Disorder), no es posible establecer una correspondencia entre
determinada cantidad de horas de conexión a Internet y adicción, pues el uso de
Internet depende de las circunstancias personales de cada uno (algunos
trabajadores y estudiantes deben estar conectados casi siempre a Internet).
Incluso considerando solamente el
tiempo de ocio que se emplea en Internet, resulta difícil establecer la
frontera de la adicción basada en el número de horas diarias o semanales de
conexión; como mundo alternativo al “mundo físico”, Internet ofrece infinidad
de ofertas de ocio: lecturas, música, películas, juegos, reuniones y cada
persona puede tener sus preferencias.
Podemos considerar que una
persona tiene adicción a Internet cuando de manera habitual es incapaz de
controlar el tiempo que está conectado a Internet, relegando las obligaciones
familiares, sociales y académicas/profesionales. Muchas veces además roban
horas al sueño e incluso se reduce el tiempo de las comidas; de manera que el
cansancio y la irritabilidad se irán cronificando, así como la debilidad del
sistema inmunológico y muchas veces una cierta tendencia al aislamiento social.
Prevención en los adolescentes
Los adolescentes entre las
actividades más comunes en la computación prefieren las siguientes:
Juegos en red: son versiones
avanzadas de los videojuegos tradicionales que brindan a los players –
jugadores - la posibilidad de armar equipos y jugar unos contra otros desde
distintas computadoras conectadas entre sí.
Juegos on line: Son similares a
los juegos en red, pero en éstos no sólo compiten las personas de un mismo
cíber, sino también aquellas que se encuentran conectadas en las distintas
partes del mundo a través de Internet.
Chat: los usuarios se pueden
comunicar con cualquier persona del mundo teniendo sólo una cuenta de correo
electrónico. A la vez pueden verse con cámara Web y hablar por micrófonos.
El abuso de tiempo frente a la
computadora se produce por problemas afectivos, como la ausencia de los padres,
debido a que “la mayoría trabaja”.
Los padres prefieren que sus
hijos en lugar de estar en la calle, pasen largas horas en un lugar que les
agrade y les brinde seguridad, ya sea un cíber o su propia habitación, frente a
una máquina.
Uno de los datos preocupantes es
el tiempo que una persona puede llegar a estar frente a la computadora. En los
menores de 8 años, se estima que debe ser de 30 a 40 minutos; más de una hora
es totalmente nocivo para el niño. Pero éstos no siempre cumplen este horario,
suelen estar frente a la computadora unas tres horas seguidas.
Adolescentes de 13 y 14 años
admiten que si no existieran el Chat ni los juegos en red, invertirían el
tiempo en hacer actividades al aire libre, deportes, estar más tiempo con los
amigos y salir con ellos, aprender otro idioma. Muchos confesaron: “Podría
dormir más; porque ahora, por culpa de la computadora, cada vez me acuesto más
tarde”.
Se aconseja tener la computadora
en un ambiente familiar, como el comedor diario, para tener más noción del uso,
tiempo y material elegido por los niños y adolescentes. No es aconsejable en la
habitación, ya que se pierde el contacto con ellos.
En el caso de los cíber, se
recomienda dar a los chicos la plata justa para que jueguen sólo un par de
horas (los mayores).
Para los más chicos, el juego
debe restringirse a media hora.

En 2003 se sancionó en la Ciudad
de Buenos Aires la ley 1244, que entre otros aspectos prohíbe las máquinas
recreativas con programas que contengan elementos racistas, sexistas,
pornográficos, que hicieran apología de la violencia o fueran discriminatorios.
Establece, además, que los salones que ofrecieran juegos en red deberían estar
ubicados a más de 200 metros de establecimientos primarios, secundarios,
iglesias y salas velatorias.